Proyecto busca mitigar la agitación de la demencia con la danza
PENSACOLA, Fla. – Cuando la doctora Crystal Bennett comenzó su investigación basada en la danza, esperaba poder mejorar la condición física de los ancianos..Pero pronto descubrió que había otros beneficios que no había considerado.
Bennett, profesora de enfermería en la University of West Florida, buscaba una forma divertida de ayudar a las personas mayores a ser más activas.
“Mi investigación original fue analizar el baile en línea, con modificaciones de su tipo de baile tradicional, y trabajar con adultos mayores con problemas de movilidad,” dijo Bennett. “Hice ese trabajo mientras era estudiante de doctorado en la University of Florida.”
Los ancianos mostraron una mejora en la función física, como Bennett esperaba. Pero Bennett se sorprendió al ver lo mucho que disfrutaban bailando los participantes.
“Venían a todas las clases y disfrutaban de la socialización que ofrece la danza,” dijo Bennett.
Eso hizo pensar a Bennett.
Dado que a los ancianos les gustaba asistir a las sesiones de baile, Bennett sospechaba que los cuidadores podían usar la danza para ayudar a otros tipos de pacientes. Específicamente, la danza podría ser efectiva para aliviar la agitación entre los pacientes con demencia y Alzheimer.
“Mi madre sufría de demencia, y quería involucrarla con la música,” dijo. “Tomé un grupo de estudiantes de enfermería e hicimos un proyecto comunitario en el que trabajamos con (pacientes con demencia) con música y movimiento.”
La agitación es un problema común en los pacientes con demencia y Alzheimer. Bennett observó que la danza ayudó a ofrecer alivio a las personas en el proyecto, incluida su madre.
“Vi la reacción que tuvo ella. Parecía mejorar su estado de ánimo,” dijo Bennett.
Los resultados positivos hicieron que Bennett sintiera aún más curiosidad por los posibles beneficios.
“Cuando estaba buscando para leer, no hay mucho publicado con este tipo de intervención de danza, específicamente mirando la agitación,” dijo. “Desarrollamos una propuesta que realmente analiza cómo la danza adaptativa puede disminuir la agitación y mejorar el estado de ánimo en las personas con enfermedad de Alzheimer o en las que tienen demencia relacionada.”
En el 2019, el Departamento de Salud de la Florida otorgó más de $94,000 a Bennett para completar su investigación.
Bennett está trabajando con instalaciones de vida asistida. Pero, dijo que otros tipos de organizaciones de cuidado podrían usar la intervención de danza para ayudar a aliviar la agitación entre los pacientes con demencia y el Alzheimer.
“Cuando nos acercamos a las instalaciones, estaban muy emocionados porque esta sería una excelente manera de involucrar a sus residentes y potencialmente beneficiar a los cuidadores también,” dijo Bennett.
El programa consta de dos clases de baile de 60 minutos por semana durante 12 semanas para un grupo de pacientes con demencia. Otro grupo participa en una actividad de estimulación social que no es música / movimiento, como el bingo y los juegos de cartas. Los dos grupos luego cambiarán de lugar para que cada grupo pueda disfrutar del baile y para que los resultados de ambos grupos puedan compararse.
“Vamos a hacer una clase de baile de línea adaptada,” dijo. “La razón por la que es adaptable es que si alguien tiene problemas con un paso de baile tradicional, podemos observarlos, ver si tienen dificultades y darles un paso alternativo.”
Una vez que se complete el estudio, Bennett espera que condusca a un tratamiento que podría disminuir el uso de medicamentos entre los pacientes de Alzheimer.
“Creemos que podemos demostrar que este tipo de intervención posiblemente puede reducir la necesidad o la dosis de medicamentos. Y eso sería una gran victoria porque sabemos que los enfoques no farmacológicos son la mejor manera de ayudar a manejar algunos de los problemas de comportamiento que ocurren con alguien con demencia,” ella dijo.
Project seeks to mitigate dementia agitation with dance
When Dr. Crystal Bennett began her dance-based research, she’d hoped to improve her subjects’ physical fitness. But she soon discovered that there were other benefits she hadn’t considered.
Bennett, lecturer of nursing at the University of West Florida, was looking for a fun way to help elderly people get more active.
“My original research was looking at line dancing – with modifications from your traditional type of dance – and working with older adults with mobility issues,” Bennett said. “I did that work while I was a doctoral student at the University of Florida.”
The subjects showed improvement in physical function, as Bennett expected. But Bennett was surprised to see just how much the participants enjoyed dancing.
“They were coming to every class, and they enjoyed the socialization that dance offers,” Bennett said.
That got Bennett thinking.
Given how much the subjects liked attending the dancing sessions, Bennett suspected caregivers could use dance to help other types of patients. Specifically, dance could be effective at relieving agitation among patients with dementia and Alzheimer’s.
“My mom was suffering from dementia, and I wanted to engage her with music,” she said. “I took a group of nursing students, and we did a community project where we worked with (dementia patients) with music and movement.”
Agitation is a common problem in dementia and Alzheimer’s patients. Bennett observed that dance helped offer relief for those in the project, including her mother.
“I saw the reaction she had. It seemed to improve her mood,” Bennett said.
The positive results made Bennett even more curious about the possible benefits.
“When I was looking at the literature, there’s not a whole lot published with this type of dance intervention – specifically looking at agitation,” she said. “We developed a proposal that really looked at how adaptive dance can decrease agitation and improve mood in those with Alzheimer’s disease or those with related dementia.”
In 2019, the Florida Department of Health awarded more than $94,000 for Bennett to complete her research.
Bennett is working with assisted living facilities. But, she said other types of care-giving organizations could use dance intervention to help alleviate agitation among patients with dementia and Alzheimer’s.
“When we approached the facilities, they were very excited because this would be a great way to engage their residents and potentially benefit caregivers as well,” Bennett said.
The program consists of two 60-minute dance classes per week over 12 weeks for one group of patients with dementia. Another group participates in a non-music/movement social stimulation activity, such as bingo and card games. The two groups will then switch places so that each group can enjoy the dancing and so that both groups’ results can be compared.
“We will do an adaptive line dancing class,” she said. “The reason it’s adaptive is that if someone has trouble with a traditional dance step, we’re able to observe them, see if they’re having difficulty and give them an alternate step.”
Once the research is complete, Bennett hopes it will lead to treatment that could decrease the use of medication among Alzheimer’s patients.
“We think that we can show that this type of intervention can possibly reduce the need for or dosage of medication. And that would be a big win because we know that non-pharmacological approaches are the best way to help manage some of the behavior issues that occur with someone with dementia,” she said.